5 de agosto de 2013

República Dominicana: West side

Estar en República Dominicana y pasar un día viendo cuevas prehistóricas con pinturas rupestres tahínas y acabar bañándote en unas piscinas naturales en la Cordillera Central puede parecer raro, pero ha sido un día que si lo planeamos no nos sale así.

Señal que República Dominicana es mucho mas que resorts. Playas tiene muchas pero hay una parte del país, al Oeste de Santo Domingo que es prácticamente desconocida. Al oeste de la capital la vida no se desarrolla al ritmo del turismo sino al ritmo que marca la vida dominicana.

Tan desconocida es que Las Cuevas de Pomier, a las que decidimos ir porque nos llamó la atención que hubiese cuevas prehistóricas en el Caribe y que casi no se resaltaban en la Lonely Planet, han sido algo complicadas de localizar. Sin apenas indicaciones hemos acabado, literalmente, en medio de una mina a cielo abierto y finalmente nos ha acabado guiando un chaval en motoconcho (motocicleta), propina incluida.

La Reserva Antropológia de Pomier es un conjunto de 57 cuevas con pinturas ruprestres tahinas, las hay horizontales y verticales, para descender en rappel, pero el público general solo puede acceder a 4. Un guia muy amable nos ha llevado por el interior de la cueva 1, linterna en mano, iluminando tanto pinturas como murciélagos. Una República Dominicana verdaderamente diferente.

Pinturas rupestres en las Cuevas de Pomier
Pinturas rupestres en las Cuevas de Pomier
Mina cerca de las Cuevas de Pomier
Nuestra ruta por el país nos está llevando hacia el Oeste, a la Península de Pedernales. Como llegar a Barahona nos parecía mucho viajando desde Santo Domingo, hemos decidido hacer un alto en San José de Ocoa y recorrer la carretera de Baní a Ocoa para ver el paisaje de montaña y de mangos. Una lástima que la carretera estaba en obras y ha sido un poco incómodo recorrerla pero sin duda lo que nos esperaba bien lo merecía.

Carretera Baní-San José de Ocoa
A lo que nos hemos dado cuenta nos habíamos pasado el pueblo de Ocoa sin ver señales de alojamiento en la carretera y cuando ya estábamos pensando en darnos la vuelta porque la carretera era pista ya y no se veía nada, hemos llegado a Casa Conrado B&B, un sencillo alojamiento regentado por un austriaco en pleno río Nizao. Konrad, nos ha llevado a bañarnos a unas piscinas naturales y como no tenía nada para cenar porque normalmente le llaman para preguntar si hay alojamientos, nos ha hecho pasta con vegetales. 
Lástima no haber podido hacer fotos de las piscinas pero es que hemos tenido que cruzar el río metidos hasta casi la cintura, había mucha corriente y la cámara peligraba.

Casa Conrado y nuestro Hundai i10

Río Nizao
Río Nizao

Esta zona bien merece una incursión más a fondo sobre todo para pasar unos días haciendo rafting, trecking o montar a caballo por la cordillera central. Nosotros no hemos podido seguir más por la carretera, nuestro Hundai i10 no está hecho para este tipo de caminos así que hemos vuelto a bajar a la autopista de la costa para poner camino hacia Bahía de las Águilas y verla con nuestros propios ojos. Informaremos

Desayuno dominicano: Mangú
Colmado en Las Avispas


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